Tres razones... Cuerpo, personalidad  y un cúmulo de sensaciones que atrapan, capaces de poner de acuerdo a tus sentidos.

Sí, os hablo del vino, amado por muchos y desconocido para otros. Tierras de caldos, belleza e historia nos regalan en ese buen hacer, en lo que al vino se refiere, bodegas y elaboraciones ancestrales, que engloban un paraíso alrededor del vino que, lejos de parecer exuberante, se muestra humilde y sencillo para todo el que nos visita. 

Cepas centenarias, cuidadas con mimo, y haciendo de ellas, como resultado, el mejor de los vinos...Te proponemos en este viaje que sientas el vino de manera que sea para ti una forma de concebir los quehaceres diarios de la vida.

Hoy hablaremos del vino blanco, amante perfecto para muchos platos, momentos y sitios, pero sobre todo para disfrutarlo. Para mí, un vino lleno de secretos, menos popular que el vino tinto, pero de igual belleza y con sensaciones fascinantes. 

Me gustaría recordar una frase de Thomas Jefferson. Dice así: “Para mí el buen vino es una necesidad de la vida”. Algo que en la actualidad esta cobrando sentido, y cada vez es más habitual, sobre todo entre los jóvenes, es el consumo moderado de los buenos vinos, preocupándonos de sus variedades, procedencia y características. Esto, a personas como yo, nos hace sentir vivas y con la necesidad de experimentar y volar al lado del vino. ¡Empecemos, pues!

Son muchas variedades las culpables de este placer. Ésta es mi pequeña selección:

- La uva Chardonnay, bautizada como ‘la reina de las uvas blancas’ y, quizás, la más francesa, viste grandes Champagnes. Tiene en su interior ese privilegio de mostrarse fina y elegante. Su tono miel la delata en la maduración y su crianza en madera le da ese toque de complejidad que marca la diferencia.

- Una de mis preferidas es la Viura, sensible y caprichosa, sencilla pero a la vez complicada. Muestra en sus vinos esa sensación de frescor, aromas tímidos y boca apetecible. Uva blanca por excelencia del viñedo riojano, se muestra cómoda en la tierra, y agradecida en su elaboración. Joya muy preciada en los vinos ‘blancos de Guarda’. Tras un periodo de crianza es sinónimo de clase y distinción.

- Por último, Suavigñon Blanc. Ocupa un gran papel en la elaboración del vino blanco. Su aroma intenso y cautivador transmite a todos nuestros sentidos la tierra de donde viene, aromas herbáceos y majestuoso azahar. Su cuerpo salvaje, cilíndrico, delgado y en eterna juventud, hacen de ella una perfecta combinación con pescados y mariscos. 

Eva Meneses es sumiller y directora gerente del C.T.R. El Linaje de los Cincosombreros